domingo, 29 de abril de 2012

Debate público del 28 de abril (resumen)

Finalmente, el debate del 28-Abril (anunciado con fecha 21-Abril en este blog), tuvo lugar en el escenario señalado como "alternativo en caso de lluvia": bajo el cobertizo del mercado en la Plaza del Conde Luna (León). Los participantes invitados eran representantes de las organizaciones sindicales: Enrique (UGT), Juan Miguel (CCOO), Javier (CGT), Amador (Sindicato Ferroviario), Alonso (Corriente Sindical de Izquierda) y Xavi (CNT); y en total asistieron unas 70 personas, cantidad que podría considerarse escasa si se obviase que se trataba de un sábado a primera hora de la tarde, al comienzo de un posible "puente" por la festividad del 1 de mayo, y bajo las peores condiciones meteorológicas de las últimas semanas en cuanto a lluvia, tormenta y bajas temperaturas. Y a modo de resumen, se pude decir:
El objetivo previsto era una reflexión abierta sobre el futuro del sindicalismo tras la última Reforma laboral, empezando por un breve análisis y valoración del modelo sindical de las últimas décadas, la posición ante las medidas adoptadas por el Gobierno ante la crisis (reforma laboral, recortes y privatizaciones en los servicios públicos), y qué cambios se ven necesarios en las organizaciones sindicales como consecuencia de la limitación de competencias definida por esta reforma (en la negociación colectiva y en los márgenes de actuación ante los conflictos laborales).
Cada representante sindical dispuso de 10 minutos para una primera exposición de su visión, a lo que siguió el debate participado por toda la asamblea. Obviamente, en el análisis del modelo seguido hasta ahora, la postura de los representantes de los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT, frente a la de los otros cuatro minoritarios CGT, SF, CSI Y CNT, determinó el debate sobre muchos aspectos que les diferencian en torno a: estructuras de organización, peso en las elecciones sindicales, grado de afiliación, financiación con/sin subvenciones, modelos de gestión, liberaciones, grado de participación de las bases, grado de identificación con la clase trabajadora, etc, y el resultado de tales factores sobre la potencialidad actual de movilización del movimiento obrero.
Para la situación actual, los representantes de los sindicatos mayoritarios reconocían que debían adaptarse, reconocer y corregir algunos errores que a su juicio no se debían eludir, pero que es lógico que surjan en cualquier organización de gran dimensión; aunque, no obstante, la mayor fuerza se conseguirá mediante la unidad para luchar en este contexto de la crisis. Los minoritarios rechazaban la vía del diálogo y la negociación con la patronal y el Gobierno, modelo seguido hasta ahora por los mayoritarios, pues las sucesivas Reformas Laborales y las políticas liberales de "fomento del empleo" han traído consecutivos recortes y pérdida del poder adquisitivo para los trabajadores, por lo cual ven difícil esa unidad necesaria, aunque tampoco soluciona nada atribuirse unos a otros errores del pasado.
Hubo unanimidad en que hay que enfrentarse a cualquier recorte social. Pero, debido a la limitación de tiempo y a las condiciones que impedían alargarlo, no se profundizó en el significado real que entendemos por ‘Estado de bienestar’ como conquista de la clase trabajadora (o concesión desde la clase dominante) durante unas décadas en las cuales un 'Primer mundo' dominaba y explotaba en mayor medida al Tercer Mundo, abandonando los principios del internacionalismo proletario por parte de los grandes sindicatos europeos. No obstante, se coincidía en la necesidad de un tipo de organización (llámese o no "Estado") que garantice como derechos fundamentales: la universalidad de la sanidad pública gratuita, como símbolo de solidaridad; la educación pública, laica y gratuita, como símbolo de igualdad de oportunidades; la justicia gratuita al servicio de los ciudadanos y trabajadores, orientada a garantizar estos servicios públicos esenciales conjuntamente con el derecho al trabajo y la vivienda.
También hubo unanimidad en que, para recomponer la conciencia perdida de clase trabajadora, lo cual es absolutamente necesario para dotar de fuerza al movimiento sindical, haría falta avanzar poco a poco retomando el trabajo de formación teórica y política de los trabajadores, y recuperando términos sin prejuicios, como el de "clase obrera" o el de "debate político público"; y acudir a la memoria histórica sobre las luchas de otros tiempos de crisis que llevaron a las organizaciones de los trabajadores a tener mayor implantación social, como resultado de su participación y compromiso de clase.
Estamos ante un futuro que sabemos condicionado por los poderes hegemónicos de los organismos financieros internacionales, la Unión Europea, su Banco Central, y los gobiernos de los Estados capitalistas, en un contexto de capitalismo neoliberal  inmerso en una aguda crisis de su propio funcionamiento, y al ataque por la recuperación de sus tasas de ganancia. En este contexto, las posibilidades de las organizaciones de los trabajadores sufren de forma más dura las dificultades naturales para su cometido en el sistema capitalista: por todos los medios, el capital  tratará de impedir la respuesta al aumento de la explotación, limitando las competencias de las organizaciones de los trabajadores en las relaciones laborales, reforzando los mecanismos de trasmisión de su ideología burguesa hegemónica para neutralizar la identidad de los trabajadores como clase, y finalmente penalizando posibles respuestas de los trabajadores tras las sucesivas vueltas de tuerca  -siempre en la misma dirección-  de las condiciones de vida, de trabajo y salariales de los trabajadores. En este capitalismo neoliberal no hay lugar para la socialdemocracia, se ha perdido la negociación colectiva.
En general, se terminó con satisfacción de los asistentes ante el nivel de los debates, en buena medida también alentados desde la participación de los mismos; y donde, pese a las diferencias y a las críticas, se mantuvo un clima cívico de respeto. De modo que se pensará en nuevo/s debate/s para pensar en común en el nuevo sindicalismo que tenemos que construir, ante este capitalismo que se muestra ahora realmente con toda su crudeza; o bien, cómo responder juntos ante la agresión, aunque marchemos por caminos ideológicos diferentes.
 

1 comentario:

J. Hugo dijo...

Como cita del debate, me quedo con lo que dijo la compañera, "Golpeemos juntos, aunque marchemos por diferentes caminos"